Seguro que has oído bromas sobre el color anaranjado de la piel del presidente de Estados Unidos. También el tópico de que los vegetarianos están pálidos. Así que, ¿podemos modificar nuestro tono de piel con lo que comemos? Te contamos hasta donde es verdad y qué podemos hacer al respecto.
Hay mucha literatura científica, y la práctica lo demuestra, que la alimentación afecta directamente al color de la piel de las aves o de los peces y crustáceos y por ello se realizan diferentes piensos con composiciones que ayuden a que estos animales, habituales en alimentación, tengan mejor aspecto.
En los humanos, como mamíferos, podríamos decir que también puede influenciar el tipo de alimentación en el color de la piel, y de hecho, hay algunos complementos alimentarios, e incluso cremas de aplicación externa, con extractos de zanahoria que nos ayudan a que el efecto del sol sobre nuestra piel se intensifique y nos pongamos más morenas que si no consumiéramos estos productos.
De todos modos deberíamos tomar mucho de un componente que se encuentre en los alimentos para llegar a tener unos resultados muy visibles. En el caso de concentrados es más fácil notar los efectos. Sin embargo, tomando solo zanahorias enteras y masticándolas, sería muy complicado llegar a la cantidad necesaria para notar el efecto ya que la fibra y el agua del alimento entero nos sacian antes de que podamos tomar demasiadas hasta tener un efecto tan vistoso como el de cambiar el color de la piel a anaranjado.
En tu día a día, puedes ayudar a tener una piel de un color más rosado y con más facilidad de ponerse morena si la tienes cuidada con descanso, comida sana y ejercicio y bien hidratada. En cuanto al comer sano, concretamente hay un pigmento orgánico que se encuentra en algunos alimentos vegetales que es el que tiene mayor influencia en nuestro tono de piel: el caroteno. Éste componente se encuentra en muchas frutas y verduras. Tan solo con tomar 2 piezas al día ya ayudas al cuerpo a tener un color de piel rosado, atractivo y saludable además de tener el efecto antioxidante que te va a permitir tener una piel más resistente a los efectos del sol y la intemperie.
Así es, los alimentos que hemos nombrado deben estar en nuestra dieta del día a día. Esto ayudará a tener una piel saludable, en textura y color. De hecho no comer los suficientes vegetales y frutas y la ausencia de vitaminas y minerales que ellos supone, puede tener consecuencias sobre nuestra salud.
Ten en cuenta de consumir mínimo tres raciones de verdura al día y dos de fruta; y que sean de colores distintos. Tu salud lo va a agradecer, y se va a notar en tu piel.
Astrid Barqué
Autor
Especialista en Cocina Saludable y Educadora en Hábitos Alimentarios